martes, 9 de noviembre de 2010

Margins [Paul Smith]

Máxima poesía

Margins es una tarde-noche en el cuarto de Paul Smith. El líder de Maxïmo Park se cuelga la guitarra en solitario para contarnos una serie de relatos íntimos cargados de sensibilidad.

A Paul Smith le descubrió el batería de Maxïmo Park, Tom English, mientras recitaba poesía en un pub. Ese hombre poeta es el que sale en su trabajo en solitario. Margins es un disco de nanas sobre relaciones amorosas y sexuales contadas con una gran sensibilidad hacia los detalles.

13 no deja de ser un número muy alto para el bajo contraste que tienen las canciones que componen este álbum debut. Igualmente tiene joyas que han despegado como singles. Son el caso de ‘North Atlantic Drift’ y su fantástico paseo en batería y guitarra, y ‘Our Lady Of Lourdes’, un cuadro con pinceladas sonoras de un ritmo similar al que ofrece la banda Maxïmo Park.

A pesar de que ha sido el alma del grupo quien ha hecho este disco, Margins solamente se asemeja al sonido de Maxïmo en dos o tres canciones. Cuando la banda de Paul Smith es pura vitamina en cápsula, su trabajo en solitario es una tila caliente en mitad del otoño. Canciones como ‘Improvement/Denouement’, ‘The Crush and the Shatter’ con su latigazo de estribillo, la calma y eco de‘This Heat’, y ‘The Tingles’, canción que recuerda al sonido del Jeff Buckley más onírico.

¿Qué más guarda esa habitación a la que nos invita Paul Smith? Recuerdos de otra habitación, la de un hotel en Nueva York en ‘Strange Friction’. También es el sitio donde Paul espera mientras su amor se da un baño en ‘While You’re in the Bath’, o donde la dibuja a ella mientras duerme en la cama en ‘I Drew You Sleeping’. Pero en ese cuarto también está oscuro, como con ‘Alone, I Would’ve Dropped’, una paseo por un abismo de desesperanza.

De entre los temas innecesarios, que terminan cansando, aparece el intento roquero de 'Dare Not Dive' (que seguramente gane más en una versión en directo) o la triste pieza de cantautor ‘I Wonder If’.

Margins pueden ser los temas marginados de Maxïmo Park o el camino de un hombre solitario, tanto como el ukelele y la voz de la última canción, ‘Pinball’. Es un álbum también para escuchar a solas, con poca luz y falta de calor. Es un disco de otoño de un magnífico letrista y cantante que firma un debut que de despreocupa de gustar a todo el mundo y busca registrar los sentidos más vulnerables.

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