Los Coen se van al Oeste
Una niña de 14 años interpreta con valentía un complejo protagonismo y Jeff Bridges defiende su Óscar a mejor actor en un Western en el que los hermanos Coen y su toque personal no decepcionan.
Como buenos hermanos, Joel y Ethan Coen seguramente jugaban de pequeños a los indios y vaqueros. ¿Qué bando elegiría cada uno? El caso es que estos dos maestros del cine adaptan el libro Western de Charles Portis con una protagonista adolescente acompañada de dos magníficos caza recompensas.
Esta película ya tuvo su adaptación a la gran pantalla con John Wayne en 1969, pero son ahora los Coen los que quieren dar otro toque con la joven pero valiente Hailee Steinfeld; el mejor actor en los Oscar 2010, Jeff Bridges, interpretando uno de sus mejores antihéroes; y un Matt Damon haciendo de texas ranger.
Hablo de valentía con Steinfeld porque esta niña se ha encontrado con un papel duro de pelar. Bajo la mirada de los Coen, la californiana se ha topado con un rol en el que se tiene que adaptar a una época, actuar como si fuera su tatarabuela de joven y dar la cara ante escenas violentas (aunque no excesivas).
Con su mejor técnica, los Coen dan todo lo que necesita un Western sin borrar su huella de humor negro que tan bien encaja con la trama. El cine Western es denso, y debe serlo, pero es una densidad disolvente durante las casi dos horas de pequeños detalles, naturaleza, duelo, largas distancias y la manera en la que se explica entre medias el contexto del lejano oeste (leyes, costumbres, tópicos, lenguaje, avances y atrasos).
Un film sobre venganza en el salvaje oeste, pero diferente a películas como ‘El asesinato de Jesse James por el cobarde Robert Ford’. Por su adolescente protagonista y por contar con dos antihéroes como uno de los principales atractivos de la película. Jeff Bridges es imperecedero, podría hacer de Don Quijote de la Mancha como nadie si se lo propusiera.
A pesar de los tiroteos, sangre, suciedad y putrefacción, la película deja a la violencia como algo anecdótico, de manera que no desvíe la atención demasiado de la trama y sus carismáticos protagonistas. Quizás falta un malo con más fuerza, pero cuando la línea que separa el bien y el mal es tan confusa como en las películas de los Coen, no es realmente necesario para enganchar hasta el final.
Estreno el 11 de febrero.
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