La cuarta profanación
Una vez más el cine de acción abre la tumba de Resident Evil para robar ideas que no salvan la película ni con el 3D. Actores de gimnasio, una dinámica intermitente en la historia y un intento fallido de querer ser como las grandes del cine zombie.
El film arranca con un prometedor comienzo, aprendiendo del gran cine de zombies/infectados contemporáneo de '28 Días Después' (Danny Boyle, 2002). Los paseos por territorios insólitos y desolados terminan dando un aspecto de timidez, de no querer hacer saltar nada más por los aires y así huir del cliché.
Como sucediera en la primera película de la saga, Paul W. S. Anderson vuelve a tomar los mandos (dirección, guión y producción) para inaugurar el estreno de Resident Evil en el cine 3D. Una vez más, ese ‘efecto relieve’ que llaman tres dimensiones no logra gran cosa a la hora de sacar un punto positivo al film.
El exitoso videojuego Resident Evil 4 le ha venido de perlas a la falta de ideas propias y frescas del film. Como sucediera en anteriores adaptaciones, las criaturas hacen mucho mejor su papel que los personajes principales, meras versiones de bajo coste y ambición, unos actores de gimnasio (incluido el actor español de la cantera ‘Al Salir de Clase’, Sergio Peris Mencheta) que poco aportan al guión.
La sovietica Mila Jovovich despliega su mala leche; el protagonista de la serie de presidiarios más famosa de los último años, Wentworth Millar, aguanta el ceño fruncido en cada toma; y la rubia retirada Ali Larter se apunta a hacer de tipa dura.
Da igual, los actores son olvidados como un zombie más en una masa de millones de infectados. Solamente sobresalen algunas escenas de acción y la absurda esperanza de que esta vez pudieran haber hecho algo diferente, aunque nunca original.
2 comentarios:
Yo no he visto ninguna de las películas de Resident Evil, no les veo nada de atractivo. Y confirmo con la crítica que haces que no me estoy perdiendo nada.
A pesar de todo es la mejor de toda la saga, pero eso es algo muy fácil de conseguir dada la penosa calidad de las anteriores.
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