Música a prueba de apagones
Una ciudad norirlandesa llamada Derry. Un enorme apagón. Un milagro. Un concierto. Gemma Hayes. Una noche mágica. La historia de un concierto que pasó de no existir a mostrar toda la dulzura de una de las mejores músicas irlandesas hoy en día.
Llegamos a Londonderry la misma tarde que Gemma Hayes actuaba. Para nuestra sorpresa, esta ciudad de 100.000 habitantes se había quedado sin luz hacía unas horas. ¿Qué pasa con el concierto? Los irlandeses son expertos en música y en milagros, por lo que la luz volvió justo para una rápida prueba de sonido y poder empezar el concierto a eso de las 9.
El lugar se llamaba St.Colums Hall, un frío teatro que recordaba a aquellas actuaciones infantiles teatrales de colegio, “me dan ganas de ponerme a bailar”, confesaba Hayes imitando un baile de tacones. Hacía mucho frío dentro, las butacas (ocupadas por un discreto público que no llegaba a 100 personas) permanecían oscuras ante la mirada de Gemma Hayes, “es extraño que vosotros podáis verme a mi pero yo a vosotros no”. La simpatía y humor de esta artista abría cada una de las canciones, pero nunca perdía la concentración para lo que se había subido al escenario: cantar y tocar.
Empezó calentando la sala con tres temas de su segundo álbum, The Roads Don't Love You. Era ella, su acústica y un apoyo de guitarra eléctrica que le proporcionaba un hombre llamado Joe, escondido bajo un gorro blanco. Los ‘endings’ de cada canción eran espectaculares, y a Hayes se la veía disfrutar con cada uno de ellos ya que no paraba de sonreír mientras le daba a la guitarra y taconeaba con un pie.
Siguió con dos temas de su primer álbum. Al tema de espíritu grunge Let a Good Thing Go le dio una vuelta acústica muy interesante, y con 4:35am nos contó una historia de amor a altas horas de la madrugada con el puntillo y en un coche, “algo que no es muy seguro”, añadía Hayes.
Lleva meses trabajando en su próximo álbum, por lo que era evidente que pondría a prueba una de sus últimas piezas como la deliciosa Waiting for you, la extrema romántica Shock to the System y la genial Tokyo con un final rompedor. Esta chica lo tiene todo: Buenas canciones, unas letras salvajes sin cautividad, un absoluto control con la guitarra, y la voz más dulce que se puede oír ahora mismo. ¿Qué le falta a esta nominada en los prestigiosos premios Mercury? Fama. Si la logra o no es por cuestiones de promoción, pero la calidad musical está ahí y no parece cesar tras el pedazo de disco que sacó con Hollow of Morning, indispensable.
De este último disco lanzó algunas en el concierto como In Over my Head, que sonó como nunca, o Chasing Dragons, que paralizó toda la sala, hasta el punto que daba miedo respirar ante una canción tan profunda y abrumadora.
Realmente su último trabajo es Oliver, el EP que se vende en formato electrónico y del cual Hayes tocó el tema homónimo y la versión de Jackson Browne These days en los bises.
Como en el anterior concierto al que pude asistir (allá por el 2006 en Londres), Hayes dedicó un tiempo tras su actuación para fotos, autógrafos y charlas con los que disfrutaron de una noche mágica de verdad.
Tuvo dos teloneros, pero me quedo con Ann Scott. Con su perfil triste y asustado, tocó con la acústica algunos de sus temas, “no me fío nada de lo eléctrico hoy después del apagón”, decía la artista. Me recordaba un tanto a Sol Seppy, una música que se mueve tras una neblina oscura, de melancolía y dolor asimilado. A veces se le iba un poco la voz, supongo que por la complejidad a la hora de concentrarse en los cambios rápidos de acordes, por lo que suena mejor e incluso más positivo en estudio por lo que he podido comprobar. No es exactamente el ideal de telonero para animar la entrada de cualquier artista, puede agotar a aquellos que no toleren demasiados grados de música sombría. Colaboró en algunas de las canciones de la actuación de Hayes como en la percusión 4:35am o el metalófono en Oliver.
Solamente espero que no pasen otros tres años hasta que pueda ver a Gemma Hayes otra vez, porque cada vez que veo una de sus actuaciones me doy cuenta de lo que me estoy perdiendo y es mucho. Su música es inagotable y no agota. Estaremos pendientes de su próximo álbum para la primera mitad del año que viene.
Sala 4 Un teatro con butacas y buena acústica. ¿Qué más se puede pedir para un concierto básico? Fallaba quizás la iluminación y sobre todo la temperatura, que tenían a los músicos y público helados.
Público 4 Participativos, respetuosos y con buen sentido del humor. Gemma Hayes decía que estaba demasiado callado, que se echaba en falta el sonido de botellas y vasos. No faltó más para que todos aquellos que tenían una bebida chocasen sus vasos y botellas para provocar varias carcajadas tanto en el escenario como en los asientos.
Teloneros 4 Fueron dos artistas irlandeses para quitar el hambre y entrar en contexto. Algo tímidos pero cumplieron.
Setlist
1. Easy on the eye
2. Happy Sad
3. Nothing Can
4. Let a good thing go
5. 4:35am
6. Waiting for you
7. Shock to the system
8. Back of my hand
9. In over my head
10. Chasing dragons
11. Tokyo
12. Oliver
13. Out of hands
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14. These days
Imágen y sonido: Mezken
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4 comentarios:
Oscuridad, susurros en la nada, el níveo color del fondo del escenario que a su vez parecía enfriar el ambiente, pero así es como debía de ser. Tanta belleza debe mantenerse protegida por algo inabarcable que a primera vista hace retroceder a aquellas criaturas interna que se obstina a atesorar aquello que es puro y no compartirlo con nadie más, así me sentí.
Deleite el cual me sobrecogió llegado en un momento de la noche y quise que aquello quedara allí entre esas cuatro paredes.
Escucha por primera vez de una canción que hace vibrar algo más que tus oídos, armonía que sintoniza con tu estado anímico, dulzura, pasión, y una sonrisa en lo alto del escenario.
Cámara en mano tomaba algún momento retazos de lo que fue un banquete para mis sentidos. Canciones ya conocidas tocadas con cariño y una calidez tal que por momentos olvidaba la temperatura a la que se encontraba toda la sala.
Sonrío, igual que un niño al ver algo tan bonito que no puede expresar de otra forma.
Entonces comienza la canción y habla de un lugar allá lejos en Japón. Meca a la que ligué muchos de mis sueños y aun por miedo no he querido visitar, dejándola así imperturbable, imagen onírica y fascinante como se presenta en mi cabeza, pero algún día...
La cámara pesa, y mi cuerpo solo puede concentrar toda su atención en ella, en la canción y en aquello que despierta. No puedo moverme, no quiero moverme. Pues al escucharla veo que es algo que debe permanecer solo en ese momento, en ese lugar y para aquellas personas allí presentes.
Algo mágico que me sobrecogió con esa dulzura característica y su sonrisa capaz de perforar cualquier coraza de perjuicios.
Aplaudí pero realmente no podía expresarlo enteramente. Canción que fue como un abrazo ansiado de alguien vapuleado por la inclemente lluvia. Gesto amable el cual solo quieres agradecer por algo tan hermoso.
Ojalá vuelvas a hacerme sonreír, lejos, muy lejos de aquí ^___^
MeZKeN 2009
Don Mezken,
Escuchar las canciones en vivo que luego formarán parte de un nuevo álbum hace que en cuanto pongas el CD por primera vez te transporte al concierto donde la escuchaste por primera vez. Algo mágico, único e indescriptible. Ya me pasó cuando puso a prueba las canciones de The Roads Don't Love You en Londres y me pasará el año que viene con su próximo disco.
Si quieres recordar la canción Tokyo, puedes echarle un ojo oída aquí: http://www.youtube.com/watch?v=lJmEHZFIrf8
Aunque la tocase con acústica, dado que era un concierto acústico, esta me pega que va a ser eléctrica cuando la grabe en estudio, a lo Something in my Way :)
leer tu reseña me provocan ganas aún mayores de verla en vivo (algún día serámi día). me alegro por el disfrute, gracias por la lírica en la descripción de las emociones . "shock tu the system" me quita la respiración y la frase "then i´ll be flying" de "waiting for you" renueva mis esperanzas.
saludos desde el otro lado del oceáno,
v.
Hola V.,
Me reconforta dar con alguien que admira el trabajo de esta mujer con profundidad.
Casi lo tenéis más fácil los del otro lado del charco que aquí en Europa, porque al menos se deja ver por EE.UU., mientras que aquí solamente pisa suelo irlandés o británico.
Si tienes cerca tierras californianas, puede que algún día te puedas marcar un viaje al segundo hogar de Hayes, Los Ángeles.
Un placer saludarte!
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