martes, 10 de febrero de 2009

The Empyrean [John Frusciante]


El Frusciante más experimental


El prolífico guitarra de los Red Hot Chili Peppers vuelve en solitario con The Empyrean, donde exprime al máximo sus cualidades como productor, buscando nuevos sonidos y tendencias sin dejar atrás su sello de identidad. Lo nunca antes escuchado de John Frusciante.


Diez discos en solitario es una cifra que pocos guitarristas pueden alcanzar, más aún cuando se trata del guitarra y principal cabeza compositora de los Chili Peppers, con todas las giras que ello conlleva. Pero su carácter prolífico no tiene tanto mérito como que cada uno de estos diez trabajos aporta algo nuevo, innovador, diferente y sobre todo de una gran calidad en cada uno de sus temas.


Diez también es el número de canciones que enlazan su último CD. Frusciante presenta su retorno con la instrumental Before The Beginning, que ya augura un sonido delicado y que busca explorar en el oído del que lo escucha. Por mucho que utilice la distorsión o su grito sea muy fuerte, mantiene un nivel de calma que aleja la sensación de desasosiego en todo el disco, de manera que guste a aquellos que detestan el exceso ruido roquero y buscan la parte preciosista y melódica del rock moderno. Para continuar con su particular caricia musical, la voz de Frusciante aparece en Song to the Siren, una versión de Tim Buckley en la que el músico neoyorquino ha querido hacer más énfasis en los sonidos de fondo que en la propia voz, a pesar de que este tema invita más a una mayor explotación vocal.


Unreachable es sin duda uno de los referentes de este disco. Esta canción resume la evolución del compositor hasta la fecha, reúne a sus mejores amigos y colaboradores (Josh Klinghoffer y Flea, que ya aparecieran en sus anteriores trabajos) y explota todas las ideas que ha querido poner en este disco. Otra de las características comunes que recogen muchas de las canciones de este álbum son sus amplios finales que nos hacen quitarnos el sombrero durante su desenlace por su producción, melodía, técnica y lírica. God recuerda por sus cambios de acorde con teclado, percusión y violines a las más recientes composiciones de Radiohead, una de las más fuertes y admiradas influencias de Frusciante. Una de las más completas, que cuenta con el lujo de contar también con Kinghoffer y Flea.


John Frusciante abre su persona y alma en este disco como nunca ha hecho antes. Las dudas, miedos, soledades, perdidas… The Empyrean es un libro abierto, y Dark/Light es un tema partido en dos que así lo demuestra. De profunda balada a piano a una rítmica canción electrónica, divertida y amenizada con un coro gospel que nos regala varios minutos de Frusciante tocando el bajo al final del tema que no tiene ningún desperdicio, altamente adictivo.


Si echamos una mirada hacia el pasado musical de Frusciante encontramos a una mujer, actriz y cantante, llamada Kristen Vigard, con la que realizó la canción Slave To My Emotions a finales de los 80. Pues la manera de cantar los versos de esta canción recuerda a la técnica utilizada por John en canciones como Heaven. Es una voz de vocales inquietas, que suben y bajan de tonos graves a agudos y viceversa. Esta es otra muestra de que todo lo que absorbe/inventa Frusciante lo proyecta en su trabajo actual. Enough of Me es otro dulce en la caja de The Empyrean, donde una vez más el músico transmite su preocupación por el mañana, el futuro y el curso de todo aquello que transcurre en la vida. Una de las más optimistas.


Los siete minutos que dura el octavo tema, Central, sacan a relucir entre estribillo y el extenso final la fuerza que caracteriza al guitarrista y cantante americano. Un espectáculo de su voz, sus guitarras y su interminable talento. A punto de caer en el final del álbum, nos regala otra de sus piezas más personales con One More Of Me, donde experimenta con una voz muy grave, violines, teclado y una vez más (como si se tratase de la segunda parte de Enought of Me) una manera de cantar en el estribillo que recuerda a la Kristen Vigard que colaboró con el hace tiempo. El drama y la belleza se cogen de la mano en este penúltimo tema.


El último suspiro aparece con After The Ending, con una voz tratada editada como si viniera de otra dimensión, quizás de esa 4ª dimensión de la que John Frusciante habla en ocasiones para referirse al lugar donde solo la energía existe. El teclado se convierte en órgano, la voz se convierte en susurro, un piano enternece el final y el disco se termina con un simple y seco golpe de caja.


Una apuesta arriesgada y muy personal en la que el artista busca explorar en su interior. Con 38 años, John Frusciante nos demuestra en cada disco que está en la flor de su carrera. Con The Empyrean, John es un niño que busca aprender, experimentar y probar. Con este disco, Frusciante da a los demás el fruto de su 'Yo' como persona y como músico a la máxima potencia.


http://www.myspace.com/johnfrusciantemusic


4 comentarios:

Anónimo dijo...

me encanta como suena el disco!! de momento no puedo decir que prefiero esta o aquella canción, la verdad es que a partir de la mitad del disco me flipa mucho, pero bueno siempre me pasa que hasta que no escucho bastante un album no acabo de tener una idea global formada... dejaremos pasar un tiempo :)

saludos!!

Unknown dijo...

Estoy completamente de acuerdo contigo, pasado el ecuador del disco todo se vuelve más adictivo. La primera parte es una genialidad, pero puede terminar cansando y si recuerdas este disco por su primera parte tendrás muy pocas ganas de una re-escucha.

Pongamos tierra por medio entonces y a ver que piensas después :).

Un saludo!

Anónimo dijo...

venga va, me atrevo:

central, me flipa :)

Unknown dijo...

Central tiene un poderío alucinante.

El ejercicio de escucha más complejo en la obra de Frusciante es el Niandra Lades & Usually Just a T-Shirt. Eso si que es un reto :).

Ahí ves el genio del artista en crudo.

Un saludete Marc!

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