Más ‘Power Morello’
Tom Morello, ex guitarrista de súper bandas como Rage Against the Machine y la extinguida Audioslave, saca su segunda apuesta en solitario en un álbum con más energía, elaboración, colaboraciones. Letras políticas y melodías que van de la épica a la crítica, de naturaleza descriptiva y de protesta.
Es muy común que cuando un guitarrista se embarca en un disco en solitario no suene para nada como la/s banda/s para las que compone y actúa. El caso de Tom Morello no fue distinto, ya que con su primer disco “One Man Revolution” dejó claro que empezaba desde cero con un carácter músical completamente personalizado, hasta el punto de que se puso un mote, “The Nightwatchman”, para así desvincularse de las referencias con sus anteriores bandas.
Ahora Tom Morello, el reconocido como uno de los 20 mejores guitarristas del mundo por la revista Rolling Stone y ganador de un Grammy, vuelve con lavado de cara y volviendo a su configuración de banda. Para empezar, ya no es solo The Nightwatchman, sino “Tom Morello The Nightwatchman”, porque lo quiera él o no, su nombre tiene un peso de oro en el catálogo musical. Lo segundo ha sido rodearse de colaboradores como Serj Tankian (esa impresionante voz de System of a Down) y el cantante country Shooter Jennings. Ya solo faltaba un disco con más instrumentalización, con más singles potenciales, cogiendo lo mejor de su pasado como guitarra principal, y mezclarlo todo para preparar este The Fabled City.
El tema que abre, con el mismo nombre que el disco, es una carta de presentación claramente escrita ya que muestra ese carácter de Morello de letras sociopolíticas, guitarra acústica de ritmo constante y recursos como el piano, metalófono, o su ya conocido “Hep!” que se ha convertido en su “ole!” particular durante sus piezas. Pero la que realmente conlleva ese peso de “Power Morello” en este álbum es la característica Whatever It Takes, palabras que el americano lleva escritas en la madera de su acústica. Con la ayuda de Anne Preven, una compositora californiana y ex vocalista de el grupo Ednaswap, ha logrado inyectar una gran dosis de poderío en su segundo trabajo. Es casi imposible meter en un solo hombre la energía de Audioslave y Rage Against the Machine, pero Morello logra en este segundo tema recordar quien es él, de donde viene y por qué le conocemos y admiramos. La acústica no abandona a Morello en la tercera canción, The King Of Hell, donde además cuenta con una producción exquisita con sonidos dulcificados de guitarra eléctrica y piano, un interesante contraste junto a la voz grave del artista de New York. La línea suave de esta canción converge en la siguiente, Night Falls, donde escuchamos a un irreconocible Morello en una canción dulzona, romántica, amistosa y preciosista por su piano, violonchelo, guitarra tímida y rasgada donde la voz se aparece como casi un susurro y en la que todo se convierte en una agradable melodía.
La energía y el ritmo constante guiado por la acústica de ‘Power Morello’ reaparecen sin retraso en The Lights Are On In Spidertown, donde la épica se hace cargo en la música del compositor. Pero como buen disco de contrastes que es, rápidamente recae en Midnight In The City Of Destruction, donde The Nightwatchman reaparece como un perro herido que vuelve del desierto, con solamente su guitarra y su voz. Pero Morello cree en una salvación tras la perseverancia por la busca de la libertad, y es entonces cuando aparece Saint Isabelle, un empuje épico de ánimo y protección hacia tus amigos y amados ante los baches de la vida. Batería, guitarra, armónica… este séptimo tema del un chorro del 'Power Morello' que más brilla en este álbum.
Llega la hora de las colaboraciones. Con Lazarus On Down, Tom Morello dirige una bella canción de arpegios de guitarra, acordes de piano intermitentes y violonchelo. Para mayor deleite, esta cuenta con la voz de System Of a Down de fondo, altamente melódica y sensibilizada, un lujo de colaboración. Le procede una de esas canciones ‘enlace’ que algunos discos tienen (que no interludios) donde el artista cuela un tema que contiene la personalidad del álbum, es de buena calidad pero no de las mejores, y de paso enlaza hacia los últimos dos temas del disco. Su nombre es Gone Like Rain, la antepenúltima del disco que cuenta con una estructura muy definida y predecible, una canción ‘tipical Nightwatchman’, sociopolítica, de guitarra acústica, un sonido sordo de guitarra eléctrica y la harmónica que le da ese toque de trovador norteamericano en solitario. Y hablando de sonidos estadounidenses, la que sigue no lo es menos al contar con Shooter Jennings, una estrella americana del country contemporáneo, que a dúo con Morello consigue un simpático, animado y fresco toque antes del adiós de The Fabled City. Todo tiene un final, y The Nightwatchman decide que sea triste, ya que se podría decir que Rise To Power es de carrera la más triste, deprimida y dolorida del disco.
Con The Fabled City, Tom Morello iguala al ex cantante de Audioslave, Chris Cornell, en cuanto a discos en solitario se refiere de momento, y aunque ambos están realizando una gran labor encontrándose a sí mismos e innovando en cada disco, no llegan a la pegada que tenía Audioslave. Pero la realidad es como es, y Morello se ha metido en un proyecto completamente personal donde él disfruta, se nos descubre, nos hace llegar mensajes de paz y libertad y va cogiendo peso como trovador de almas perdidas. Estés de acuerdo o no con su personalidad de Mesías comprometido con el mundo, The Nightwatchman nos regala en sus discos su alto como músico y su sonido cada vez más característico y carismático.
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