martes, 6 de mayo de 2008

Lars y una Chica de Verdad (2007)

Hermosa y sin complejos

Ryan Gosling pone cara triste a Lars, un chico triste e introspectivo que nos hará pensar mucho más de lo que queremos. No es una comedia sobre una muñeca hinchable, es una tierna historia sobre como llegar al alma del ser humano.

El formato de película independiente+guión original+actores de calidad es lo más apetitoso hoy en día ya que ofrece algo raro, interesante, cercano, tremendamente original y de gran calidad. Lars y una chica de verdad ofrece todo esto. Ryan Gosling es ese actor que pone la cara en el cartel del cine, pero que no se queda ahí, ya que borda durante toda la película un papel inmenso, tan alejado de sus anteriores personajes que supone un mérito mayor. El que encandilaría tantos corazones en el Diario de Noah está arropado por los actores Paul Schneider (El Asesinato de Jesse James) o Emily Mortimer (Match Point), lo suficientemente jóvenes para encajar perfectamente en el formato de film indy-experimental. Patricia Clarkson es la madurez que balanza el reparto de manera ideal, con su personaje de psicóloga inteligente que sorprende en su inteligente comportamiento.

Craig Gillespie ha conseguido crear una historia que no trata de mofarse del hecho de que un hombre está enamorado de una muñeca hinchable como si de una película a lo American Pie se tratase, sino que más bien ahonda en los sentimientos que cada hecho afecta al protagonista y la razón de su comportamiento. Es una historia de calor humano, de tristeza inminente y de comprensión mutua.

Lars es un espejo donde mirarnos y darnos cuenta del patetismo y el drama eterno del ser humano, la difícil elección que tenemos que tomar día a día entre una felicidad sencilla con un final instantáneo o un largo camino de miedos e inseguridades a una meta más inconformista. La bondad de Lars es imperecedera, así como su autodestrucción, pero con la llegada de su romance de plástico todo cambiará.

Ternura, dulzura, tristeza, introversión, lástima… esta vida que vivimos con Lars durante toda la película es como vivir con el en su estrecho garaje e ir enamorándose de su infinita inocencia. Es el niño que siempre hemos lamentado ser y no lograr ser más fuertes y rudos. Por todo ello, ir a ver la película que está ahora en nuestros cines, mirar a los ojos de Lars, y preguntaros si realmente la ternura es imposible hoy en día.


No hay comentarios:

Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...