Dulce estado de ensoñación
La artista irlandesa Gemma Hayes crea en su tercer álbum una obra en la que converge todo lo mejor de ella: letras que son para los sentimientos como el alfiler a la piel, una producción exquisita, música dulce, melodica y acogedora, y un absoluto control sobre la guitarra acústica.
A pesar de su paso por el ya decaído Festimad de la edición 2002, Gemma Hayes no es una gran conocida en nuestro país como pasa con otros aquellos artistas que no están (aunque estuvieran) arropados por una discográfica de masas y promocionados con 5 videoclips por álbum. Con The Hollow Of Morning, la artista nacida en el condado de Tipperary logra pulir aún más su propio sonido, característico por su guitarra acústica completada por una edición de sonido basado en guitarras eléctricas, teclados, sintetizadores… todo el fruto de una constante arriesgada experimentación que la ha llevado a conseguir semejante melodía limpia y muy personal.
La temática que prima en sus canciones es primordialmente el de las relaciones amorosas o amistosas, incluidos sus varapalos y suspiros. La pena que transmite en absolutas obras de arte como At Constant Speed o Sad Ol Song son muestra de que esta mujer sabe donde apretar para que el sentimiento florezca. Y es que este disco suspende al que lo escucha en un estado de ensoñación del que no desea escapar, la melancolía en el preciosismo más alto. This Is What You Do, que introduce al LP, muestra la última tendencia de Gemma Hayes, con una voz más experimental pero más cómoda consigo misma. La línea continua con el primer single, Out Of Our Hands, una canción muy en su línea aunque como primer single no llega a impactar tanto como los que presentaron los anteriores discos, cuenta con un acabado perfecto y es 100% de su estilo. January 14th es esa canción que a veces se atreven los músicos a incluir en sus LP, de corta duración, una base acústica monótona que encaja perfecta con la voz de la cantante y un giro final en el ritmo que lejos de pasar desapercibido es donde la canción aflora y la hace merecedora de la tercera casilla en el orden de los temas.
El estado e ensoñación mencionado se atisba claramente en Home, donde todo (batería, sintetizadores, bajo) se nivela en volumen y ritmo para crear un carrusel de una arquitectura musical propia en la señorita Hayes. In Over My Head abre con campanas de iglesia lo que es un tema de ritmo ascendente, donde el trabajo de la acústica y la melodía de la voz hacen el mejor trabajo. Chasing Dragons es aquella modesta canción de solamente guitarra y voz pero tan letal como una orquesta, una joya llena de sentimiento. Para canción pegadiza está Don't Forget cargada de todos los elementos para hacer una canción Gemma Hayes lo más completa posible: línea de bajo que anuncia ya de por sí el sonido de la artista, voz melosa, acústica con gran protagonismo, y unos sonidos editados de manera única que no solamente decoran sino que completan la canción, muy pegadiza. Sad Ol Song es una pradera verde que torna a marrón y culmina en un brillante cielo azul, una canción para cerrar los ojos y dejarse llevar por todo ese inmenso espacio que recrea. La última canción en la que escuchamos la increíble voz de Hayes es At Constant Speed, una de sus mejores creaciones hasta la fecha, por letra, música, originalidad, producción, calma y delicadeza, algo muy difícil de pasar por alto. Finalmente Hayes se atreve con una instrumental para cerrar la obra, del más puro estilo irlandés de guitarras, teclados, una tranquila batería… sabe a cierre de una creación musical de la que sentirse orgullosa.
En esta ocasión Hayes cuenta con la colaboración del músico irlandés Joe Chester que realiza coros en los temas como Out Of Our Hands o At Constant Speed.
Aunque actualmente esté solamente de gira por Gran Bretaña e Irlanda, está estimada una gira para septiembre alrededor de Europa, crucemos los dedos.
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