Violencia gratuita e inútil
Entrar a un cine para ver un telefilm ochentero propio de una sobremesa de Telecinco se hace más violento que ver entrañas esparcidas por el suelo. La saga Saw pierde todo sentido, y ni sus macabras trampas hacen nada para cambiarlo. Tras un año de retraso, llega a los cines españoles.
Saw VI, seis veces más mala que nunca. Un reparto de prejubilados deambula desganado por una historia con menos pies y cabeza de los que se cortan en el film. La cinta, perfectamente catalogable de serie b, se apoya enteramente en satisfacer el hambre 'gore' de conformistas mediante la actualización de nuevas escenas de tortura en las que sus protagonistas salen de las crueles trampas diseñadas por el malo malísimo.
Por si fuera poco, el director Kevin Greutert tiene la cara de declarar que en esta película quiere alejar la atención a las trampas y centrar la mirada en la historia y vida de sus personajes. Este director, que se estrena en la saga Saw, añade que, “estaba guardando lo mejor para el final”. Quizás se refería al final de su carrera, porque, ¿hacia donde pretende tirar este director californiano después de filmar esta broma de mal gusto?
Es una de las sagas más explotadas del cine actual, pero además ha llegado un punto en el que pierde todo sentido. ¿Por qué ese desperdicio de tiempo y dinero? Quizás, en parte, sea un fetiche masoquista de los productores y directores para que los críticos juguemos también un poco a destripar, pero termina cansando arrancar una mala hierba que sabemos volverá a nacer.
Saw VI llega finalmente a España el 8 de octubre, censurada y editada para poder salir de las salas X por su alto contenido sangriento, y entrar en multicines clasificada para mayores de 18 años.
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