El escritor disfrazado de sus personajes
Woody Allen cuenta e interpreta la historia de un escritor en crisis con la vida. Comedia de enredo con humor ácido, historias de ficción literarias, buen elenco de actores, y por supuesto Nueva York.
Muchos escritores se despiezan a sí mismos en los diferentes personajes de sus libros. Harry es un escritor que cae en un bloqueo de inspiración, mientras, sufre las consecuencias de sus publicaciones. Sus historias tienen algo de ficción y algo de autobiográfico, por lo que todas aquellas personas, sobre todo ex mujeres, que aparecen en sus historias, reaparecen en su vida para sacudirle por todo lo dicho en sus libros sobre ellas y sus relaciones.
El film nos llevará a esas historias, como la de la psicóloga judía con Demi Moore, el adicto al sexo con Tobey Maguire (Spiderman, 2002) o el actor que siempre aparecía desenfocado con Robin Williams.
El guión y el planteamiento son los mayores atractivos de la película, decorados con unas colaboraciones en el reparto que, aunque a veces saben a poco, ponen a Allen en buena compañía.
Quizás el pero se lo llevaría el propio director. No ya por sus funciones detrás de la cámara sino por su intrusismo ante ella. Woody Allen siempre hace de sí mismo, y en este film no es menos, pero por desgracia se nota más, ya que Harry es un personaje con muchos matices que quedan a penas visibles ante la interpretación del neoyorquino.
Igualmente es una película entretenida, con buenos momentos de comedia, iluminación literaria y situaciones impredecibles.
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