sábado, 4 de abril de 2009

Scream [Chris Cornell]

Valiente hijo del grunge


El ex cantante de Soundgarden, Temple of the Dog y Audioslave, se atreve en su tercer disco en solitario a dar un giro violento dirigido al pop, soul y electrónica. Una voz que se pasó el mayor tiempo de su carrera posada en el grunge y hard rock se apasiona cada vez más de las voces negras. Y encima no se le da mal.


Todo en principio parece una broma. El truco está en saber coger el chiste y todo se vuelve adictivo como una droga dura. Para darle una escucha a Scream es bueno ir con esa mentalidad, sobre todo porque la primera fase del álbum es quizás la más radical. Tras una introducción típica de los discos de hip-hop (con una voz robótica que presenta a Chris Cornell) llega Part Of Me, una mezcla entre soul y tecktonik. “That bitch ain’t part of me”…¿Qué hace un padre casado cantando estas cosas cuando ya nos tenía acostumbrado a canciones de amor y paz?. No se asusten aún. Con un soberbio, guitarrero y bordado link entre esta canción y la siguiente, Time, la voz de Cornell pasa por un ritmo reaggetonero, vacilón y gracioso. Sweet Revenge hace que te venga a la cabeza la imagen del video típico de MTV con chicas moviendo el culo a velocidad vertiginosa rodeadas de coches caros. Get Up, más techno-beat-voice.


Entonces cuando llegamos a Ground Zero la cosa se hace más digestiva. Una canción original que podría sonar perfectamente con un grupo de guitarras y batería pero Cornell la transforma junto a Timbaland (productor experto en dar vueltas de tortilla) en un tema donde la voz del americano adquiere un sentido que ahora es más fácil de entender y asimilar. De manera sideral, y siguiendo con las 'intros' y 'outros' que unen todas las canciones del disco para convertir a Scream en una unidad, Never Far Away regala una canción agradable y perfecta para la nueva voz de Cornell pese a sonidos electrónicos nunca vistos en una canción de este músico. Aún así no deja de ser comercial, igual que Take Me Alive, de sonidos y patrones asiáticos, algo muy típico en las canciones pop de cualquier 'cantantuflo' al que le hayan dado licencia para grabar un disco. Una canción que supone poco más que la barrera que separa la mitad del disco.


Long Gone es bonita. Es una canción de una noche playera junto a la hoguera. Un suave balada reaggea-pop que enamora con la voz del señor Cornell. Pero estas canciones cansan rápido. Aún así seguimos con otra balada, Scream, que parece sacada de un disco de Justin Timberlake pero salvada una vez más por la voz del (aún) roquero. El video de este tema lo hemos visto mil veces con artistas de pop y soul, cómodamente predecible. Enemy es otra de esas canciones que en su base es tan buena que aunque no esté rodeada de electrónica verás que su melodía, estructura y la voz se revuelve perfectamente con este tipo de producción. Una de las mejores.


Other Side Of The Town tiene su genialidad en el ritmo, la batería, en lo asquerosamente adictiva que es. Y eso que, una vez más, ya hemos oído este sonido antes en la mayoría de los videos de la MTV. Para cuado llego a Climbing Up The Walls ya he decidido dar una segunda oportunidad al disco, una vez más por su ritmo, la belleza que aporta la voz de Cornell y el que sea una de las que menos alejadas están de a lo que estamos acostumbrados de este artista.


Aunque el broche final, Watch Out, me hizo pensarme esa segunda oportunidad, se la di. Si has llegado a este tema y piensas en darle otra escucha, dásela, porque puede que descubras un buen disco entre tanta broma electrónica, rapera y de Chris Cornell como Michael Jackson a la inversa.


Y aquí estoy, con Chris Cornell, hablando de un disco muy arriesgado pero necesario, ya que desde hace tiempo él quería explorar este tipo de música. Era vital un cambio para este hombre, porque repetir la formula de ‘leyenda del rock retirada’, etiqueta que se auto imponía en su anterior disco, Carry On, sería un error. Otro disco de 15 canciones, en su mayoría baladas de roquero adulto, habría llevado a Cornell a la desesperación y los que le escuchamos al aburrimiento. Scream llama la atención, por su cambio agresivo, por su ritmo, o por que lo canta una de las voces más carismáticas del rock. Así que tranquilos, que Chris Cornell no abandona el rock, ya que sigue tocando temas de sus anteriores bandas y canciones, y visitando festivales de rock.


Tras infiltrarse en el mundo del techno-soul y hacerlo mejor que la mayoría, ¿cuál será su siguiente paso?


Chris Cornell - Part of Me


2 comentarios:

Anónimo dijo...

ahaaa!! así que eres un incondicional de Cornell noo?? a mi me pasa lo mismo :). Noto una conexión con toda su música da igual si es reggeaton, folk holandés o gospel, si su voz está de por medio ya he caído :P

Unknown dijo...

Me has pillao totalmente. Todo lo que lleve su registro de voz, que es único, ¡me vale! :)

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